LA IMPORTANCIA DE LOS PREMIOS EN LA VIDA DE UN ARTISTA PLASTICO

En la gran vidriera de arteBA se entregan dos premios: Petrobras y En Obra, financiado por coleccionistas


Los hechos claves de la carrera de un artista

La primera muestra, la llegada a la galería, una beca?, la obtención de un premio es el único que, simultáneamente, otorga visibilidad y dinero para financiar la producción.

Por eso, para los artistas argentinos hay una buena noticia: en el país se han multiplicado los concursos, sobre todo los financiados por empresas, que suelen armar así sus propias colecciones. La seguidilla de concursos llega a formar un verdadero calendario de certámenes anuales y produce etiquetas que se adhieren a los nombres de los premiados y les abren oportunidades en efecto dominó.

En la actualidad hay premios para artistas de más trayectoria, para los de media carrera y para los que comienzan; premios de pintura, de artes electrónicas, de fotografía o de artes visuales en general, con montos que van de $ 1000 a $ 60.000 por obra premiada, según la categoría.

A la par de los concursos más tradicionales, como el Salón Nacional (que este año cumple 98 años), el Salón Municipal Manuel Belgrano y los salones provinciales, se suman los más recientes premios, creados y financiados por empresas privadas. Entre ellas, Petrobras ?con sus jóvenes, aunque ya prestigiosos premios en arteBA y en Buenos Aires Photo?, Andreani ?que va por su segundo año y arma una muestra itinerante con las obras premiadas?, Telefónica en relación con el Museo de Arte Moderno, y la iniciativa de Arnet, que este año lanzó un concurso de instalaciones y esculturas en vinculación con la Colección Fortabat.

También hay instituciones que premian artistas, como el Banco Central y la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), la Asociación Argentina de Galerías de Arte, la galería Ruth Benzacar con su exitoso Currículum Cero, la Fundación Federico Klemm y hasta coleccionistas, como Juan Cambiasso, que desde hace dos años organiza en arteBA el premio En Obra, con US$ 2000 propios y benefactores que aportaron fondos hasta llegar a US$ 6500 este año.

Cada premio tiene sus características y sus estilos ?que los artistas saben discernir para presentarse?, pero tienen en común el hacer circular las obras de arte en exposiciones y en colecciones y, como casi todos premian en dinero, son una fuente de recursos importante.

Dentro y fuera

"Desde el momento en que se busca constituir un campo artístico, aparece un espacio de premiación, que sirve para estimular y legitimar, pero también para delimitar un canon, establecer un corpus de valores estéticos que se privilegian", comentó Diana Weschler, investigadora del Conicet y curadora.

A partir de la creación del Salón Nacional en 1911, en los años 20 se fueron abriendo salones provinciales, "que buscaban generar un sistema de valoración, pero también formar colecciones, y que fueron estímulo de creación de museos en las provincias", explicó. En los años 30 y 40, se sumaron instituciones y organismos con sus premios. "Desde los 60, con el Instituto Di Tella, los premios hacen un recorte preciso de un canon estético", apuntó Weschler.

Hoy, a los artistas que recién comienzan se dirige Currículum Cero, el concurso que desde 2002 organiza anualmente la galería Ruth Benzacar. De los artistas que se presentan ?350 en promedio?, un jurado elige unos 20, con los que se arma una exposición, y uno de ellos es el premiado, que tiene su muestra individual al año siguiente.

"Lo pensé como una posibilidad de aggiornamento para la galería, como una forma de centralizar y ordenar la llegada de material y como una búsqueda de talentos", apuntó Orly Benzacar. El concurso fue plataforma de largada para muchos artistas que hoy tienen un nombre reconocido, como Daniela Luna, Flavia Da Rin, Matías Duville y Leopoldo Estol.

"Cada tanto, en la carrera hay situaciones de trampolín. De ser bien aprovechados, los premios que financian proyectos o muestras, o que dan un lugar para la exhibición, te permiten avanzar varios espacios", aseguró Adrián Villar Rojas, nacido en 1980, en Rosario, artista ganador de Currículum Cero (2003) y seleccionado para el Petrobras 2007. Villar Rojas no cree en la saturación de premios. "Cuantos más haya, mejor. No hay muchos lugares donde a gente muy joven le den 10.000 pesos para financiar una obra", dijo.

Juan Astica es un artista con experiencia en ganar concursos: Gran Premio Adquisición en la primera edición del concurso UADE, y segundos premios y menciones en Banco Central, Banco Nación y en el Salón Manuel Belgrano.

"Para el artista representa una posibilidad de difundir la obra y de poder seguir financiando la producción, amén del prestigio", comentó. "Para los artistas jóvenes, ser vistos por jurados que son críticos o divulgadores sirve mucho", agregó.

Justamente el jurado ?formado por críticos, artistas y representantes de los "dueños" del premio? es un punto central. "Convoco a un jurado diferente cada año, para que los artistas no se acomoden a una sola mirada", dijo Benzacar.

Algunos premios se dirigen a ambos extremos de la carrera, como el Concurso Nacional de Pintura de UADE, que este año organiza su cuarta edición y tiene una distinción específica para "jóvenes talentos".

"Es un concurso tradicional de pintura que busca reconocer a artistas de trayectoria y estimular a los más jóvenes al mismo tiempo", dijo Ricardo Méndez, director del Departamento de Comunicación y Diseño. El año pasado, unos 1200 artistas de todo el país enviaron sus obras. La idea, ahora, es proyectar el certamen al exterior. "Los concursos son catálogos de artistas contemporáneos y sería bueno poder hacer circular esas obras en el Mercosur", agregó Méndez.

Como en toda premiación, el talento pelea codo a codo con el azar. "Siempre hay un grado de aleatoriedad, que empieza porque los criterios de selección de los jurados son diferentes", dijo Astica, que tiene este rol en el concurso del Banco Central. Y hay otro consuelo para los que no logran el podio: como aseguró Villar Rojas, "un premio puede ser pernicioso si uno queda muy sobreexpuesto a edad muy temprana".


Fuente: La Nación

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