ARTE SOLIDARIO EN EL MUSEO EL SÍVORI


El arte tiene su valor y asi quedó demostrado el pasado Jueves 27 de Agosto. Con una convocatoria de 450 personas superó las expectativas de los organizadores del 10° remate de obras en el Museo Sívori, que organiza la Asociación de Amigos de la institución porteña.



La subasta comenzó cuando llegó el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, que abrió la velada con la venta de una fotografía de Marcos Zimmerman, a $ 4000, precio base. La cuarta obra de la noche y última que presentó Macri fue un acrílico de Luis Wells que partió de $ 7400 y que, con dos ofertas bajo sobre, se elevó a $ 9000.

De pronto, la directora general de museos, Florencia Braga Menéndez, ofertó $ 9100 por la obra, pero Macri alentó una oferta por $ 10.000. Minutos después, Braga Menéndez aceptó adquirirla por ese precio y se la llevó. Entonces, subió al estrado el rematador Enrique Scheinsohn, que animó la velada, que se prolongaba, al cierre de esta edición, hasta alcanzar a los 97 lotes previstos.

Un pastel del artista y gestor cultural argentino Eduardo Sívori, circa 1905, se compró al precio de base de 22.800 pesos. "No es común encontrarse con una obra de Sívori y en el Museo Sívori", había dicho poco antes el rematador. Pasaban los minutos y, entre copas de vino, gaseosas y sándwiches de miga, el público anotaba, miraba el catálogo, las obras, y decidía.

Entre los presentes estaban el coleccionista y miembro de Fundación ArteBA Alejandro Corres; el especialista en mercado del arte Adrián Gualdoni Basualdo; los artistas plásticos Zulema Maza y Marcos Zimmerman.

El director de contenidos de Telefé, Claudio Villarruel, compró una obra de Leopoldo Presas, que salió sin base, y luego de diez ofertas seguidas se vendió en 12.500 pesos. Dos obras de Ricardo Roux suscitaron varias ofertas. Una partió de $ 7000 y se vendió por 17.000 pesos. Y una obra de César López Osornio, que arrancó a un valor de $ 9000, fue adquirida por 17.500 pesos.

Otro artista que subió el piso de base fue Milo Lockett, con una pintura que partió de $ 5000 y finalizó en 16.500 pesos. Una pintura de Pablo Suárez, con base de $ 22.000, no se vendió. Una pintura de Clorindo Testa se adquirió por $ 8500 y un díptico de Eduardo Stupia llegó a los 17.000 pesos. Al promediar el remate, la pieza más cara era una obra de Polesello, por 28.000 pesos.

La directora del museo, María Isabel de Larrañaga, celebró los diez años de la subasta que permite que el museo pueda solventar gastos de funcionamiento. Alicia Doglio, presidenta de la Asociación de Amigos, recordó que el 50% del valor de venta de las obras es para los artistas.

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